Cansancio con sabor a ti...

Después de algunas noches sin abrir mi ventana, aquí me encuentro de nuevo... sentada, entre mi montón de hojas y pétalos muertos,mis imágenes en blanco y negro y mis cuentos viejos, mis recuerdos empapados de tristezas pasadas, mis despedidas y algunos encuentros... entre mi olor a canela y vainilla y esas inagotables lágrimas que resbalan por mi rostro... y tengo mi tristeza, mi melancolía y mi soledad... y también tu recuerdo... y tengo espacios vacíos y tés de ausencias para acompañar mis noches... y tengo todo... pero no tengo nada...

Y me canso, de tener mis manos vacías... de sentir mi cama vacía y mi espacio vacío... me canso de conversar con el silencio de mi habitación y mi medio reflejo en el espejo... me canso de esperarte, de extender mis alas y salir a buscarte... me canso de no encontrarte... y pensarte y después extrañarte...

Y me canso y me digo que tengo que dejar de pensarte, de sentirte y de extrañarte... pero entonces, igual que siempre que no debes, apareces, como esa fotografía de mi buró, y la de mis recuerdos... con tus ojos como inmensos océanos, y tus labios dibujando esa media sonrisa... vienes como el viento que entra por mi ventana y vuela las hojas en blanco, y las que están escritas, como esa brisa nocturna que juega con mi cabello y acaricia mi rostro, mientras me susurra al oído que sigues... como siempre y como nunca, ocupando tu lugar en mi espacio...

Y miro mis manos de nuevo y mi mente da vueltas, pienso en la flor marchita, en los recuerdos que yacen en el piso de mi habitación, junto con las plumas de esas alas que alguna vez tomaste entre tus brazos... pienso en tus labios susurrando mi nombre, en las palabras y en las promesas rotas... en tu mano fuerte que me falta y en tu olor a madera y a cigarro... pienso en tu ausencia y en el vacío que ya no llenarás...
Y hablo con mi luna de fuego, y no me contesta nada... solo me mira... y parece que comprende mi tristeza...

Y no entiendo... no entiendo por que regresas y por que te vas... para después regresar de nuevo, como cada noche... no comprendo como vienes y juegas conmigo a tu antojo... vienes y te vas... como en el cuento de nunca acabar...

Y no entiendo por qué me canso, y lloro y grito, y después ya sin voz, me canso de llorar... y no quiero recordarte... y trato y no entiendo nada y quizá no quiero entender nada...

A veces creo que me canso más al no querer recordarte...